Rufino Varela y la especulación financiera en la época de Juarez Celman
Personalidad curiosa la de Rufino Varela cuyo carácter controvertido y polémico provoca expectativas a su paso. Dos veces ministro de hacienda y también director del Banco de la Provincia, sus características de hombre público inducen a un estudio por demás justificado.
Esta obra bien puede considerarse como testimonial, sobre todo en lo que hace a la experiencia
política de Rufino Varela como ministro de hacienda. En ella pueden descubrirse muchos de los
problemas que aún tienen vigencia como la emisión monetaria y su respaldo además de otros
problemas referidos a los gastos del Estado. En plena crisis económica del 90´ los sectores
políticos discurrían en las conocidas teorías por entonces para responder a los problemas
financieros. El precio del oro y su escasez era una de los temas que acataban la atención de las
cámaras. El gasto público y el presupuesto que presentaba el gobierno que aparecía como
desmesurado y eran considerados como los síntomas de la crisis.
Es curioso ver cómo fue sorteada la crisis de 1890, al abortar una camarilla política el golpe
revolucionario y luego pudo comprobarse cómo Buenos Aires decidía una vez más sobre todos
los aspectos de la vida política. La élite gobernante desde Caseros sucesora del unitarismo,
oligárquica y burguesa, era la clase que determinaba el modo de distribución de la riqueza desde
un centro de poder afianzado como uniforme.
De aquí en más la evolución organica del país, como así también la partidocracia hasta nuestros
días. respondió a este esquema de poder unitario. Las revoluciones no fueron más que conatos
de las elites que luchaban por su protagonismo y no para rivalidar las autonomias provinciales y
federativas.